EL PERIODISMO PRESENTE

La soberbia de la irresponsabilidad o el delirio sin culpa

Cuanto más uno intenta conocer la tragedia de Cromañón, lo único que encuentra es mayor contacto con la basura y el dolor que sólo resulta de una sociedad que se plantea desde el marco de la irresponsabilidad y la impunidad.



La cara visible del entramado que cubre a la tragedia de Cromañón parece desembocar en el rostro de Omar Chabán. Y, aunque sólo la Justicia podrá dictaminar si es culpable o inocente en el plano legal, el discurso del ex empresario deja un listado de calificativos y argumentaciones que no hacen más que hundirlo en el pozo de la responsabilidad.



Chabán se refiere a la culpa “metafísica o ética”, no habla de la humana, de la judicial, la que proporciona el resultado de una conducta enfocada en un objetivo sin tener en cuenta los efectos. Según el ex gerenciador, el objetivo era el arte, pero existen miles de formas de mostrar la cultura, como también de hacer negocios. Cuando ambos se juntan (el arte y lo económico), se tiene que cumplir con las responsabilidades pertinentes, aquellas que, aunque se “arregle” hasta al más alto funcionario, se deben tener en cuenta.



Sacando la labor periodística, esa que pone un freno a la individuo y sus sentimientos para obtener información “lo más objetiva posible”, escuchar a Omar Chabán sólo genera mayor ira. Aunque en muchas partes de su relato el ex empresario presenta razones válidas, como la falta de otros imputados, la esencia ignorante, al menos discursiva, de no tenerse como el eslabón de una cadena de irresponsabilidad que produjo las 194 muertes, más la destrucción de miles de familias (y vidas), hacen carne la necesidad de tener justicia.



La representante del Polo Obrero, Vanina Biasi, en una nota sobre el tema describió el mensaje de Chabán de forma exacta, coordinando las palabras efectivas que parecen dibujarlo: “Parece que el extravagante Chabán, capaz de citar a poetas, intelectuales, filósofos y demás referentes de la historia, ve nublado su entendimiento a la hora de relacionar su proceder con sus cómplices estatales y políticos”.



Mientras tanto, Omar Chabán no sabe qué decirle a los padres “porque nunca perdió a un hijo”, pero sí les recomienda “que se pongan de acuerdo” en las acusaciones. Las responsabilidades rebotan contra un marco que parece no tener culpa.



La Justicia ahora debe juzgar, seguir investigando, poner en el banquillo de los acusados a los que tienen responsabilidades en el hecho. Desde los que dejaron entrar candelas, los que las tiraron, los que dejaron que un lugar en condiciones irregulares funcionara como el “centro del rock and roll”, a los funcionarios que no vieron, a los políticos que quisieron ignorar.



Y los que quedamos afuera del humo mortal, seguiremos pidiendo que las vidas de los que no pudieron salir de esa noche oscura no sean números negros más. Para no seguir siendo parte de una cadena de irresponsabilidad. Cada cual en su lugar, cada cual en su eslabón.



Mientras tanto, como siempre, los padres y las madres van a llevar las caras de sus hijos en las manos para que se plasmen en los que tienen que pagar, en los que tienen que hacer que paguen.





Muchas gracias Elizabeth por tus palabras, como siempre junto a nuestra lucha...

Infinitamente gracias...